viernes, 4 de mayo de 2012

Los otakus y las cosas que guardamos.

Si algo tenemos muy arraigado en la cultura occidental, y que me ha tocado vivir de forma muy especial en México, es esa mala costumbre de guardar todo. Guardamos el angelito de recuerdo del bautizo (que no sirve para nada), los trastecitos de plástico de la crema o del yogurt de litro, la caja de los zapatos nuevos que terminamos ocupando para guardar más cosas, en fin, guardamos una infinidad de cosas inútiles y otras más que decimos “por si se llegan a ocupar después“. Nos duele deshacernos de las cosas porque en su momento nos costaron mucho dinero, o nos las regaló alguien especial, o en algunas ocasiones, por pura envidia de no querer dárselas a alguien más que quizá si las necesita. Esto también se ve traducido al mundo digital: nos duele eliminar cosas. Compramos torres y torres de DVDs vírgenes, queremos discos duros cada vez de más capacidad para que nos quepan más cosas. Esto tiene que ver, supongo, con esa mentalidad que tenemos los seres humanos actualmente de que lo que tenemos nos define. La reciente y creciente popularidad de los productos de Apple es otro reflejo de esto mismo. Pero me desvío del tema, hablaba sobre guardar cosas.  Esto es Otaku Mode así que, como ya he hecho anteriormente con otras cosas, en esta ocasión abordaremos este tema pero desde un punto de vista otaku: discos duros llenos de anime con la mejor calidad de video posible, cajas debajo de la cama llenas de tomos de mangas, torres y torres de DVDs de videojuegos que hace años pasamos y seguramente no hemos vuelto a jugar… ¿De verdad necesitamos guardar todo eso? ¿De verdad necesitamos guardar las cosas?



Lo confieso: yo también tengo por ahí rodando varios discos duros (internos, que es lo que había antes) llenos de anime, de videos musicales, de mangas, de comics, etcétera. Tengo torres y torres de CDs y DVDs de lo mismo: anime, películas, videojuegos, conciertos, algunas series americanas, photobooks y otra infinidad de cosas. Tengo una caja arriba del clóset llena de mangas y cómics. Todo eso sigue ahí más por la pereza de ponerme a revisar todo para ver que hay que sacar que por las ganas de conservarlo. Pero fuera de todo eso que he ido acumulando por más de una década, de un tiempo a la fecha he procurado guardar lo menos posible: guardar solamente aquello que se que voy a volver a ocupar dentro de poco o regularmente. ¿Anime?  Bajo AVIs de menos de 200 megas cuando tengo la oportunidad, al fin que terminando de ver el capítulo (o los capítulos, porque normalmente se me juntan varios) lo voy a eliminar. Sé que he sido un arduo defensor del Matroska como formato de video. Lo sigo siendo, es un formato excelente y apoyo al 100% la distribución de video en este formato. Cuando tengo la oportunidad, aún elijo MKVs sobre AVIs, pero sólo si están disponibles en SD, de 480p. ¿Para qué quiero bajar videos con resoluciones de 720p o 1080p si voy a verlos en la pantalla de mi laptop de 14 pulgadas? En lo que sí sigo siendo muy exigente, es en la calidad de la traducción y los subtítulos, pero eso es tema de otro post. Si de verdad deseo guardar una serie, la quiero con la mejor calidad, y la mejor calidad es la de un producto original. Nada de fansubs y su horrible español -o inglés- (olvídense de su japonés), nada de ISOs de Blu-Ray de 50 GB que no puedo quemar, si quisiera guardar una serie para la posteridad compraría el Blu-Ray original, a pesar de que no tengo lector de Blu-Ray. No importa que no la pueda ver, tampoco vuelvo a ver casi nunca las series de anime que ya vi, estoy más ocupado viendo otras que no he visto aún. Lo mismo con los mangas. ¿Para qué bajar y guardar mangas en la computadora si los puedo leer online? Porque después de la desaparición de Mundo Vid, ya no los puedo comprar físicos, además de que no tengo espacio donde ponerlos.  Y que conste, sólo hablo de leer mangas online, en el caso de ver anime en YouTube sí sigo diciendo que es un insulto. He dicho que ya no soy tan quisquilloso con la calidad pero, óiganme, quiero que se vea por lo menos decente y la calidad del anime online si está por los suelos.
Los otakus solemos llorar cuando vemos esas fotos de Japón de mangas tirados a la basura. Seguramente los otakus japoneses (que no son igual que los otakus fuera de Japón) también guardan sus mangas como preciados tesoros, pero como es de suponer el manga en Japón tiene una mayor penetración en la sociedad que en cualquier otro lugar del mundo, en Japón no hay que ser otaku para leer mangas y los japoneses en general tienen esa cultura de no guardar tantas cosas después de que cumplen su función como lo hacemos en occidente. Estoy seguro que si en algún momento logro irme a vivir a Japón, a excepción de algunas películas y quizás alguna que otra serie, no voy a comprar ni descargar anime regularmente. ¿Para qué, si puedo verlo en la televisión? Y puedo hasta grabarlo directamente de la televisión si no puedo verlo a la hora de la emisión. Me imagino que muchos japoneses piensan de la misma manera. Figuras y mercadishing son un punto aparte. Pero regresando al anime o al manga, muchas personas dirán que en Japón no está tan arraigado guardar mangas o coleccionar anime (repito, fuera de los otakus) precisamente porque es mucho más fácil de conseguir. Es decir, estamos admitiendo que guardamos cosas por motivos sentimentales: no tanto por el continuo uso que le vayamos a dar, sino simple y sencillamente por la satisfacción de tenerlas y/o haberlas conseguido.



Ciertamente los tiempos van cambiando. En esta época, Internet hace todo más fácil de conseguir. Hace algunos años, conseguir un VHS de una serie de anime era toda una odisea pero ahora, por cada serie de anime tenemos 5 o más fansub dispuestos a ofrecérnosla completamente gratis. Tenemos varios sitios para leer mangas online. Videos musicales, de los cuales yo antes si era muy fan de descargar y guardar, ahora simplemente los vemos en YouTube. En mi caso, respecto a los videojuegos siempre tengo en mi partición de Windows un máximo de 2 o 3 juegos instalados. Me dedico a esos hasta que los paso por completo.  Y luego, a desinstalar (y últimamente, a eliminar para siempre) y a jugar otros. Emuladores de consolas son una excepción porque siempre vuelvo a jugar cada cierto tiempo alguna versión de Pokemon o Sonic The Hedgehog 2 o Mario Kart 64 con los primos. Los pocos juegos que he comprado originales: vendidos; no tengo ninguna consola pero de tenerla supongo que haría lo mismo. Bajo muchas películas y es lo mismo: AVIs de 700 MB (eso sí, solamente DVD-Rips) que a veces si llego a guardar para ponerlas en las reuniones familiares o así. Pero luego de eso, adiós. Las películas que me han gustado mucho, las compro originales. Y sí, lo admito abiertamente, sólo por la satisfacción de tenerlas en original. Admito que no me deshago de todo, pero sí la mayoría de las cosas que sé que me estoy mintiendo cuando digo que voy a volver a ver/leer/jugar y que, como dije antes, solamente voy a guardar para decir que lo tengo. Eso sí, tengo una seria fijación con guardar wallpapers pero esos ni pesan nada (a excepción de esos PNGs de resoluciones enormes de15 MB) pero esa es otra historia.
Yo les pregunto a ustedes, ¿de verdad vuelven a ver cada serie de anime que guardan? ¿Vuelven a leer esos mangas que seguramente hace años, sí, años, que no sacan de sus cajas o que sólo están en el librero como decoración?  Cuando se vuelvan a burlar de esa prima que tienen que guarda las etiquetas de la blusa de buena marca que se acaba de comprar, pregúntense ustedes: ¿y yo para qué guardo todavía las cajitas de mis nendoroids? Caso real, pero prometo que ya las voy a tirar.



Fuente:  otakumode


Este es un post que me gustó mucho al leerlo, ya que tiene muchisima razón en lo que dice, así que  decidí copiarlo en mi blog para no olvidarlo y de vez en cuando recordarlo, ya que merece la pena leerlo y reflexionar sobre ello.

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