domingo, 26 de febrero de 2012

¿Qué edad tienes?

Ayer fue el típico día en el que me preguntaron que cuántos años tenía.

¡Qué importa eso! ¡Tengo la edad que quiero y siento!

Soy lo bastante jóven para hacerlo y lo bastante maduro para hacerlo bien. ¡No quiero pensar en los años que tengo! Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero sin miedo al fracaso, o a lo desconocido, para reconocer errores, rectificar caminos y atesorar éxitos.

Mis valores con los años se hacen más fuertes, más sólidos, sé lo que quiero, sé lo que esta bien, sé lo que puede estar mal, sé quien estará a mi lado toda la vida, y sé que aunque algunos me fallarán otros aparecerán ocupando su lugar.

Esa es la vida que tengo obligación y quiero vivir. Quiero mirar hacía atrás, pero no solamente para saber que he hecho lo correcto con las personas que quiero o que quise, sino para aprender de la experiencia que estos años he vivido con ellos. Ahora no tienen porque decirme: ¡Estás muy joven, no lo lograrás! o ¡Estas muy viejo, ya no podrás!

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años que en que el amor, a veces es una loca llamarada de pasión, ansiosa de consumirse en el fuego entre las sábanas, y otras es un remanso de querer, de paz, como un "sunset" en una playa.

¿Que cuántos años tengo?

No los necesito marcar con un número, pues mis sueños alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas y penas que por el camino derramé, ¡Valen mucho más que eso! ¡Qué importa si cumplo veinte, treinta o cuarenta! Pues lo que importa, ¡es la edad que siento!

He logrado muchas cosas, unas tangibles como mi trabajo, otras intangibles como mis experiencias, pero tanto en unas como en otras sigo creciendo, sigo experimentando, sigo sintiendo la máxima egoista de procurar que esten bien los que quiero, para estar yo mejor. Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos, para seguir sin temor y honradamente por el camino de la vida, pues llevo conmigo la experiencia adquirida, la fuerza de mis deseos, así como la templanza en mis actos.....

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